EXHIBITIONS
SILENT SPECIFIC
ARQUEOLOGÍA DEL COLOR

Beltrán le aplica homeopáticamente a la pintura su propia receta: practica la representación pictórica sobre la pintura misma. Lo hace con realismo fotográfico, más aún, científico, para conducir la representación a una impensable –mejor que paradójica– abstracción fotorrealista. De no haber existido antes el arte abstracto, la deconstrucción que él lleva a cabo sobre la pintura resultaría aún más radical. Porque al entrar en la galería vemos cuadros informalistas. Si desconociésemos la operación que hay detrás de ellos, los disfrutaríamos como obras no figurativas. Al saberla, podemos continuar saboreando su visualidad y, a la vez, motivarnos intelectualmente con lo que ellos son en verdad: arte conceptual.
Beltrán homeopathically applies his own recipe to painting: he practices pictorial representation on the painting itself. He does it with photographic and even scientific realism, in order to lead the representation to an unthinkable -better than paradoxical- photorealistic abstraction. If abstract art had not existed before, the de-construction he carries out on painting would be even more radical. Because when we enter the gallery we see informalist paintings. If we did not know the operation behind them, we would enjoy them as non-figurative works. Knowing it, we can continue to savour their visuality and, at the same time, be intellectually motivated by what they really are: conceptual art.
Fragment of the text for the Archeology of Color Exhibition, by Gerardo Mosquera
TAN LEJOS, TAN CERCA

FREIJO GALLERY https://virtual.galeriafreijo.com/tan-lejos-tan-cerca
XIII BIENAL DE LA HABANA





















AZUL DE COMPOSICIÓN GEOMÉTRICA

La pintura es un medio artístico utilizado para la representación de objetos tan amplio y longevo que incluso admite una crítica con enfoque holístico. Hoy podemos imaginar una historia total de nuestra civilización a través de la pintura sin temor a quedarnos demasiado limitados en nuestro discurso. De lo que no hay duda ninguna es de su papel protagonista en la historia del arte occidental, y así lo conforman diferentes generaciones de artistas, sus diferentes maneras de pintar y compromisos estéticos a lo largo de los siglos hasta nuestros días. El extraordinario poder de las imágenes representadas, capaz de transformar casi todos los aspectos de las sociedades a las que van dirigidas, ha sido el principal causante de dicha longevidad. Más recientemente ha sido el pensamiento del mundo moderno, con su obsesión por conocerse a sí mismo, el motor del cambio hasta llevarla a su aparente agotamiento. Repito: solo aparente. David Beltrán, en su muestra Azul de Composición Geométrica se atreve con un desafío extraordinario: darle una vuelta de tuerca más al análisis de la pintura y al color como su constituyente visual principal, abanderado por una máxima que bien podría decir: si de verdad quieres entender algo trata de cambiarlo. Y los cambios de paradigma en el arte contemporáneo llevan con frecuencia acoplados, desde comienzos del siglo XX, un dispositivo irónico/humorístico que les dota del suficiente aliento vital. En las cuatro series tituladas Arqueología del Color, Sentimientos Sumergidos, Pinturas Quemadas y Soplos de Vida la ironía examina al procedimiento técnico que en cada ocasión elige David Beltrán. Es así que el medio y los materiales de representación establecen un sorprendente diálogo, ya sea la acción de evidenciar la materia pictórica que el ojo humano no ve, sumergir un pincel en agua evocando un sentimiento, quemado un color o respirándolo como acto que enuncia la vida.
Pero no nos dejemos engañar por la todavía joven trayectoria de este introspectivo artista cubano. Mediante un sistemático análisis y observación de sus propios pensamientos e impresiones y una voluntad férrea de superar ciertas limitaciones académicas heredadas, las cuales yo me atrevería a identificar como excesivamente antropocéntricas e instrumentales en la conciencia de un artista de su carácter y de su generación, con sus obras recientes nos lleva a un estado de conciencia más profundo con respecto a la esencialidad pura de la obra de arte que está llamada a ser la resonancia de nuestro tiempo. Esto a mí personalmente me anuncia, aunque sea de manera humilde, el amanecer de una nueva sensibilidad extraordinariamente positiva para una nueva sangre. David ha abandonado la poética y la sintaxis de sus antecesores para diluirse en un modesto pero fecundo microcosmos de profundidad dentro y a la vez más allá de una rígida red estructural de experiencias visuales que, sin restarles mérito alguno en el momento histórico en que tuvieron oportunamente que emerger y evolucionar, ya no garantizan el equilibrio para las generaciones más jóvenes. Estas, a mí modo de ver, reclaman tanto el análisis pragmático como la espiritualidad.
Christian Domínguez








COLECCIÓN DE ARCHIVO


TRIENAL POLI/GRÁFICA

DETRÁS DEL MURO II

EL JUGUETE RABIOSO

El juguete rabioso
Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. […] En el mundo realmente invertido lo verdadero es un momento dentro de lo falso.
GUY DEBORD, La sociedad del espectáculo
La función de un juguete en la sociedad contemporánea no debe sobrepasar los límites de la benevolencia y el divertimento. Sin embargo, a muchas personas se les ha antojado ver el lado oscuro de estos artefactos, al hacer coincidir lo trágico y lo lúdico de manera acertada. Su carácter muchas veces industrial se suma a su escalofriante naturaleza. Las diferentes formas en las que puede verse concretado un juguete apuntan a una omnipresencia preocupante. De ahí que sobren las ensoñaciones sobre su perversidad.
Por otra parte, el arte actualmente adquiere cada vez más el valor de una mercancía de lujo, puede llegar a pensarse en una evolución natural de los objetos extremadamente caros de la industria del entretenimiento. Su lógica de producción es cada vez más industrial y fastuosa, de cierto modo obsesionada con la fama, de cierto modo obediente de los medios masivos, los cuales atrapan nuestra atención en un gran espectáculo al que se le nota por momentos la mueca de la sobreproducción y el ridículo.
Decididos a equiparar el terreno del arte contemporáneo con un fenómeno tan estandarizado como el “jugueteril”,[1] cualquier asunto fuera de este margen se hace una rareza extravagante capaz de convertirse en un “juguete rabioso”, un objeto que ha perdido su esencia, su carácter y su función dentro de un contexto específico, pero que en todo caso es muy particular, de alguna manera ingenuo, hilarante y atroz. El espíritu de la exposición tiene que ver con esta anomalía, con el gusto por la iconoclastia y la conjunción de lo cómico y lo trágico. Los artistas seleccionados pertenecen a diferentes generaciones y se expresan en disímiles medios, pero los aglutina su propensión a la renuncia, a la dispersión del centro promovedor del circuito del arte, a desertar de la lógica de producción dominante, a una orientación conceptual tan peculiar en cada pieza que les dificulta convertirse en factorías comerciales. Aunque no estamos hablando de malditismo alguno, sino de que lo anterior puede haber pasado a cualquiera de ellos una cuenta promocional.
La presencia de artistas de varias generaciones, incluyendo los más jóvenes, son prueba de la continuidad de una tradición difícil de definir, pero que tal vez tenga que ver con el gusto por la arqueología de la cultura, con el carácter incisivo, con una especie de empeño en el acto de la creación que excede las posibilidades de una muestra personal o el fichaje de una galería. Sin ánimos de fomentar tesis y taxonomías en el arte cubano, la muestra pretende reunir lo que para varias personas dentro del medio podría ser relevante. Afirmar que El juguete rabioso de Roberto Arlt[1] está en el centro del canon de la literatura argentina, así como decir que la selección de artistas de “el juguete rabioso” (exposición) está impresa en lo perdurable del arte cubano, puede ser tan arbitrario como cierto.
Abel González
VECTOR SONORO




FRAGMENTOS DE INFINITO

FRAGMENTOS DE INFINITO David Beltrán
La belleza tiene una gran cualidad: dilata el alma.
Creo profundamente en un arte que nos eleve espiritual y cognoscitivamente. Las nuevas fotografías de David alcanzan esta dimensión. Son fragmentos de realidad que él, modificando la escala, el ángulo o la orientación, ha vaciado de contenido, de historia, (como le dijo un día Jorge Fernández ). Así estas imágenes pierden todo vínculo con su realidad original, quedando solo lo esencial que tiene como siempre una parte invisible, una que está más allá de estos fragmentos: está en la capacidad de dilatación que tengan los espectadores.
Son también una incitación a andar más atentos por el mundo, o para seguir concentrándonos en su parte más bella. Algo tan necesario en estos tiempos. Incluso pueden parecernos pinturas, y es que la realidad ya compuso una verdadera obra pictórica, así que para qué imitarla con pinceles, óleos, acuarelas? Pudiéramos llamarle entonces "pintura encontrada".
Beauty has a great quality: it expands the soul. I deeply believe in an art that lifts us spiritually and cognitively.
David's new photography reaches this dimension. They are fragments of a reality that he has emptied of narrative) and history, (as Jorge Fernandez once told him) by modifying scale, angle or orientation. Thus, these images lose all links to their original reality, retaining only what is essential, what has always had an invisible side, something that is beyond these fragments: the capacity of expansion that viewers may have.
They also incite viewers to be more aware of the world, to keep focusing on its most beautiful side… an act completely necessary in these times.
These works also look like paintings: the reality itself has already composed a truly pictorial work. Then why imitate it with pencils, oil, watercolors?
We could call them "found paintings".
Glenda León
Curaduría: Elisa Gonzales
Sonido: Timpano Drake
Viernes 14 de Febrero, 6:00pm, al 14 de Marzo 2014, Fototeca de Cuba, Calle Mercaderes, Plaza Vieja.
www.david-beltran.com Fototeca de Cuba

ENTROPÍA
Toda abstracción es la huida del sujeto hacia lo desconocido, lo innumerable, lo indecible: Intención y subversión moviéndose hacia lo etéreo del no-significado.
Pero ahí yace la contradicción, nos reflejamos en lo indeterminado, e incapaces de vivir sin concepto nuestra razón nos lleva en círculo completo hacia lo personal. Instalados ya en esta nueva mirada, proyectamos nuestras experiencias, nuestros contextos, creando una lectura propia, una conexión directa con lo abstracto.
Al adentramos en un espacio nuestra mera presencia lo reconvierte adueñándonos del mismo, territorializandolo todo a nuestro paso, inevitablemente. Si a esto le añadimos un desorden poliédrico y sistemático, que además se ajusta según nuestro punto de vista, nos acercamos entoces a Entropía: Cinco lecturas del espacio distintas, caóticas y complementarias.
En Entropía nos encontraremos de entrada con las complejas texturas sonoras creadas en capas desde unas notas sutiles de Timpano Drake.
Y la laboriosidad minuciosa de Sui Mao que crea campos inmensos en tan solo 14 x 20cm, fraccionándolo todo con paciencia, tenazmente. Una línea continua que refleja el empecinamiento de quién sabe que detrás del labouro incesante, se encuentra la recompensa: domar la bestia.
O el monumentalismo abstracto de David Beltrán, que presenta arquitecturas colosales proyectadas en el espacio, envolventes y grandiosas.
Pablo Carpio, cuidadoso siempre, hace explotar materiales encontrados, haciendo añicos sus primeros equilibrios, solo para volver a construirlos: fractales buscando un balance de dimensiones en el espacio.
Ya después Pablo Lahuerta construye ciudades difuminadas, vagas, en las que se adivinan caídas inevitables, continuas, imparables, desde lo alto: la precipitación de quien se sabe mortal, pero continua habitando el vértigo a sabiendas de que el dolor es la última consecuencia, la única válida.
Sumerjámonos pues a la transformación de el espacio y observemos con ello la mutación de nuestras percepciones, vivamos pues Entropía.
Andrés Montes
Madrid, 2012.





